
¿A qué tipo de justicia nos referimos? Se trata del concepto de justicia como la virtud fundamental que implica tratar a todos los seres humanos con igualdad y respeto, para mantener el orden y la armonía en la sociedad.
Somos seres sociales. Por tanto, esa justicia es necesaria para una convivencia equilibrada y pacífica. Más concreto, la justicia es una virtud crucial para llevar una vida ética y significativa y, en consecuencia, más tranquila, plena y satisfactoria.
Cuando actúas con justicia y tratás a todos con respeto: Te sentís mejor con vos mismo porque tus obras están de acuerdo con tu naturaleza y tus principios. Contribuís positivamente a nuestra sociedad y a nuestro mundo. Desarrollás y reforzás tu autoestima. En resumen: actuar con justicia te convierte en una persona más equilibrada, serena y, por tanto, más feliz.
Te dejo 3 ideas para meditar. Se que, si este este momento alguien te pregunta si te considerás una persona justa, la respuesta, posiblemente, sea afirmativa. Pero hay que tener presente que los seres humanos no somos ideales ni perfectos y que, a veces, podemos estar errados en nuestros juicios valorativos acerca de nosotros mismos.
Practicá la empatía. Tratá de ponerte en el lugar de los demás y considerá cómo te sentirías en sus circunstancias. Esto te ayuda a tomar decisiones más justas y a no tratar a los demás de manera indebida.
Obrá con sinceridad y honestidad. También con vos mismo. Evitá mentir o engañar a los demás, y tratá de ser siempre transparente en tus acciones. Por ejemplo, a la hora de hablar de alguien, pueden ayudarte los 3 filtros socráticos: El filtro de la verdad (lo que vas a contar ¿es cierto?). El filtro de la bondad (lo que vas a contar ¿es algo bueno sobre esa persona?). El filtro de la utilidad (lo que vas a contar ¿va a ser útil para quien lo escuche?). En caso de que tu comentario no supere estos filtros, no contarlo es mejor, porque es más justo, para vos, para tu oyente y para la persona de la que ibas a hablar.
Buscá un juez que audite tu comportamiento con el resto de las personas. La justicia implica tratar a todos los seres humanos con igualdad y respeto, sin importar su raza, género, orientación sexual, religión u origen étnico. Porque todos los seres humanos somos básicamente iguales. Por tanto, debes asegurarte de tratar a todos de manera justa y equitativa.
¿Quién admitiría que no lo hace, que no trata a todas las personas por igual?
Pensá, con honestidad extrema y solo para vos. ¿Actúas igual con una mujer, un hombre, migrantes, personas con una orientación sexual diferente a la propia, practicantes de otras religiones…?
Buscá tu modelo de vida, tu ideal: la proyección del sabio. Atribuile todas las cualidades que te gustaría tener. Pueden ser virtudes, o cualquier otra que valorés: amor, creatividad, profesionalismo, paciencia… Imaginá que te estás observando cuando interactuás con ese tercero. ¿Actuarías igual si ese sabio ideal te estuviera observando? Y ¿cómo se comportaría él en la misma situación?
Aquí tenés una buena brújula para guiar tus acciones respecto a todas las personas.
TE ESPERO EN LA CIMA